Algunos gatos son más vocales que otros.
El Oriental Shorthair, por ejemplo, es una raza felina notoriamente vocal. Pero cualquier bola de pelo felino puede ser extremadamente hablador sin importar su raza, sexo y edad.
Puede que los gatos no hablen nuestro idioma, pero definitivamente se comunican. Los sonidos como siseos, maullidos, chirridos, aullidos, gruñidos, etc. se utilizan siempre que un gatito desea comunicarse con su dueño, con otros animales, o incluso con objetos inanimados.
Desafortunadamente, no es raro que los felinos se pongan demasiado vocales y se conviertan en un dolor de cuello con sus constantes maullidos o sus excesivos aullidos.
Los constantes maullidos te volverán loco en algún momento, pero lo que es peor es el hecho de que tu gatito puede estar actuando así por una razón seria.
¿Por qué mi gato maúlla constantemente?
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Hay muchas razones por las que su gato no deja de maullar o aullar. La constante vocalización podría ser desencadenada por un problema emocional o físico. Estos son los factores más comunes que conducen a un maullido excesivo.
Atención
Sí, así es, su gato puede estar demandando su atención. Es perfectamente comprensible que no puedas pasar 24/7 atendiendo sus necesidades y caprichos. Si no puede participar en sesiones de entrenamiento y juego regularmente, opte por juguetes interactivos para gatos que mantendrán a su mascota ocupada, entretenida y bien ejercitada.
Otra idea es conseguir un árbol para gatos con muchas opciones de actividad. Pero siempre hay que tener en cuenta que ningún juguete sustituirá la interacción social y el tiempo de vinculación del gato con su padre o madre mascota.
Hambre o sed
Los gatos necesitan comer a diario. Hay una gran posibilidad de que su amigo mullido esté pidiendo comida o golosinas. También podría estar diciéndote que necesitas limpiar sus tazones o cambiarlos por otros menos profundos. Un consejo rápido: a los gatos no les gusta ensuciar y mojar sus bigotes en tazones de comida o agua profundos.
Emociones
Las criaturas felinas pueden experimentar un conjunto diverso de emociones. Su gatito podría estar asustado o estresado. Lidiar con la separación, nuevas piezas de mobiliario, animales o personas extrañas, niños ruidosos, entornos desconocidos, etc. puede hacer que cualquier gato grite.
Las hembras son más propensas a hacer ruido cuando están en celo, pero los gatos machos también pueden aullar, chirriar y maullar.
Cuestiones de salud física
Las enfermedades no diagnosticadas podrían ser el problema. Los gatos con problemas de audición o de vista son propensos a llorar debido a sus discapacidades. Si no hay una explicación lógica para el constante maullido, podría ser provocado por el dolor físico.
Qué hacer cuando tu gato no deja de maullar: Cómo hacer que tu gatito deje de maullar
El ruido puede ser un dolor en el cuello. Sin embargo, si su gato no deja de maullar, hay una razón para ello. No lo hace sólo por las patadas o porque le gusta oír su propia voz.
Localizar el problema y calmar al gato
El primer paso es descubrir el problema. Hay varias maneras de calmar a su gato en una situación de estrés, ansiedad o miedo.
No opte por los aerosoles de feromonas o los relajantes y sedantes de inmediato. Encuentra el problema y aborda la situación en consecuencia. Lo más probable es que sea algo tan simple como la falta de agua en el cuenco de agua o una caja de arena sucia.
No animes al gato
Si atiendes cada capricho de tu amigo mullido, empezará a manipularte. No fomentes el comportamiento problemático de tu mascota. Si lo tratas con comida, atención y juego, cada vez que maúlle, tendrá la idea equivocada de que un maullido excesivo será recompensado.
Por otro lado, no deberías ignorar el problema. Asegúrate de que hay una buena razón para las acciones de tu gatito antes de ignorar sus maullidos.
Llama a tu veterinario
Si no puede localizar el problema, debería llamar a su veterinario.
Todos los gatos son propensos a desarrollar varias enfermedades y condiciones de salud, incluso si el gato proviene de una raza sana en general. No te pierdas los chequeos anuales y no te saltes nunca las citas programadas en la oficina del veterinario.
No hay necesidad de entrar en pánico sin una razón, así que no asuma de antemano que el gato tiene una enfermedad. Esto, sin embargo, no significa descuidar la salud de su mascota – siempre es mejor prevenir que curar.