¡5 maneras de entrenar sin regalos!

¡5 maneras de entrenar sin regalos!

Las golosinas son una recompensa fácil y efectiva para un perro cuando se entrena. Pero las recompensas alimenticias son sólo una forma de construir un comportamiento fuerte. Puede haber momentos en los que no se quiera o no se pueda usar la comida, y puede haber momentos en los que el mejor refuerzo sea algo distinto a un perro caliente! Aquí hay cinco grandes maneras de recompensar a tu perro cuando no quieres alcanzar la bolsa de golosinas.

Formas de entrenar a un perro sin premios:

¡5 maneras de entrenar sin regalos!

1. ¡Juega con tu perro!

Cualquiera que haya entrenado para un deporte activo como la agilidad o el flyball conoce el valor de usar juguetes, juegos y jugar en el entrenamiento. Pero los juguetes, los juegos y el juego no se aplican sólo a los deportistas. Jugar con tu perro puede ser una poderosa herramienta para construir relaciones, así como una potente recompensa. Los tirones y las recuperaciones pueden ser las recompensas de juego más obvias, pero jugar con tu perro está limitado sólo por tu imaginación (y la de tu perro).

2. Usa «recompensas de la vida».

Estas son cosas que su perro disfruta en su vida diaria, como salir a pasear, correr en el patio o salpicar en un aspersor, y pueden ser aprovechadas usando el Principio de Premack.

Este principio dice que un «comportamiento de baja probabilidad» (uno que el perro u otro sujeto es menos probable que realice, como esperar tranquilamente en la puerta) puede ser reforzado por un «comportamiento de mayor probabilidad» (uno que el perro prefiere, como llegar a correr felizmente por el patio). Por ejemplo, para reforzar el asiento del perro, pídale que se siente antes de darle acceso a cualquiera de las cosas que realmente le gustan: correr con sus amigos, nadar en el estanque o acurrucarse junto a usted en el sofá. Este tipo de recompensa es fácil de integrar en su vida diaria, y puede ser especialmente útil para los perros que necesitan ayuda con el autocontrol.

3. Ofrezca palabras cálidas a su perro.

Elogios, «charla feliz» o un simple «¡Buen perro!» puede ser el tipo de recompensa más común que hay. Algunos perros encuentran naturalmente el elogio como recompensa, pero incluso los perros que no lo parecen pueden convertirse en buscadores de elogios si se combina frecuentemente el elogio con otras grandes cosas. Por ejemplo, si le enseñas a tu perro a «bajar» con un clic, seguido de una golosina o un tirón, puedes añadir «¡Buen perro!» mientras le das la golosina o juegas al juego del tirón. Pronto, tu perro aprenderá a asociar ese feliz elogio con la golosina o el remolcador, y «¡Buen perro!» se convertirá en su propia recompensa.

4. Tócalo donde le guste.

El tacto puede ser una maravillosa recompensa para algunos perros, pero también es una recompensa difícil de usar. Antes de usar el acariciar, frotar o masajear como recompensa, primero considera dos cosas: ¿Qué tipo de tacto le gusta a mi perro? Y, ¿cuándo le gusta que lo toquen? Por ejemplo, su perro puede disfrutar de un rasguño en el pecho, pero puede evitar una palmada en la cabeza. Las caricias largas y lentas pueden ser agradables y gratificantes cuando se instala a su lado, pero irritantes si está esperando una carrera en el patio. Preste atención a lo que hace su perro cuando lo toca; si se agacha o no se compromete con usted, probablemente no sea gratificante. Si se compromete, se acerca a usted o le pide más, entonces probablemente sea gratificante.

5. Crear espacio.

Puedes usar el espacio como recompensa aumentando la distancia o eliminando la presión social. En la situación correcta, el espacio puede ser un refuerzo muy poderoso. Por ejemplo, se puede recompensar a un perro por un comportamiento apropiado (como mirar hacia otro lado) ante un desencadenante que produce ansiedad (como una persona que da miedo) cuando se aumenta la distancia alejando al perro del desencadenante. (Esta táctica, descrita como «Entrenamiento para el ajuste de la conducta» o BAT, se discute con más detalle en el artículo de Pat Miller, «Agresión doméstica con perros», en abril de 2010).

En sus interacciones diarias con su perro, también puede utilizar el espacio de forma más pequeña o sutil eliminando la presión social. Si le enseña a su perro a no entrar en la cocina utilizando bloques corporales suaves, por ejemplo, puede recompensar la aceptación de su perro del límite de la puerta de la cocina simplemente retrocediendo un poco, o eliminando la presión social del bloque corporal.

Estas son sólo algunas de las muchas maneras en que puede recompensar a su perro cuando no quiere usar comida o golosinas. Recuerda, cuando pienses en recompensas, puedes considerar cualquier cosa que tu perro encuentre valiosa

Mardi Richmond es escritor y entusiasta de los perros en Santa Cruz, California.